Esta fue la última locomotora a vapor. Llegó en 1953 al mismo tiempo en que llegaban las primeras máquinas diesel-eléctricas. En un gesto de amistad, Japón envió a Chile tres locomotoras (849, 859 y 869) con una delicada pintura en su compresor. El paso del tiempo hizo desaparecer estas imágenes, hasta que el último vestigio fue borrado con pintura negra.